"Cada corazón, un umbral", Seanan McGuire

Sinopsis: Deslizándose entre las sombras bajo la cama, o a través de un armario, o por madrigueras de conejos... los niños siempre han sabido acceder a mundos mágicos. Pero ¿qué ocurre cuando regresan y no consiguen adaptarse y no son aceptados por sus familias? Eleanor West tiene un internado que acoge a estos niños que quieren volver a su mundo de fantasía. Pero con la llegada de Nancy algo cambia en el internado y pronto tendrán que enfrentarse a una tragedia por sí mismos.

Lo mejor de Cada corazón, un umbral es, sin ningún lugar a duda, la ambientación. La autora ha cosntruido un mundo fantástico perfectamente definido para cada uno de los personajes principales, de los cuales se nos van dando pinceladas a lo largo de toda la novela. Pero eso no es todo, ya que los distintos mundos son perfectamente acordes a la respectiva personalidad de cada uno de los personajes. Incluso un mismo mundo, el de las gemelas. es visto desde una perspectiva diferente según le preguntes a una o a la otra. Este es el resultado de un gran trabajo de construcción de personajes.

En cuanto a la ambientación también cabe destacar el hecho de que, dentro de la pluralidad de realidades fantásticas, la autora crea un nexo entre todas ellas, a pesar de que sean completamente diferentes entre sí. De esta manera, los diferentes mundos pueden tomar cuatro direcciones principales: Sinsentido, Lógica, Virtud y Maldad. Esto ayuda tanto a los personajes como al lector a comprender mejor cada uno de los mundos en comparación con otros.

Aunque el trabajo de ambientación es muy bueno, tenía miedo de que llegado cierto punto de la novela, esta se quedase sin argumento. Pero, en mi opinión, el giro de misterio que la autora le da a la historia es muy interesante y, al mismo tiempo, encaja perfectamente con el resto de ella. Creo que, dentro del mundo que Seanan McGuire ha construido, esta trama ayuda a conocer y a entender mejor a los personajes más directamente implicados en ella.

Seanan McGuire, además, consigue, que el lector dude en ciertos momentos de si realmente los niños y niñas del internado han encontrado una puerta que los ha llevado a un mundo fantástico o si todo ello es una fantasía creada por sus mentes, como creen sus padres. Con esto consigue que este sea partícipe de la historia y establecer una cierta complicidad entre él mismo o ella misma y los personajes.

Pese a todo, Cada corazón, un umbral se me ha quedado, en parte, corta. Aunque sí es cierto que es la primera parte de una pentalogía, por lo que esto puede justificar su carácter introductorio, me ha faltado algo. No sé si ha sido en cuanto a desarrollo de personajes o a ambientación, pero creo que Seanan McGuire podría haber explotado, al menos unas 50 páginas más, esta historia, que, aún así, os recomiendo sin dudarlo.