Publicado en 2018 | 320 Páginas | | ISBN:
Sinopsis: Recién cumplidos los dieciocho años, a Valentina se le abre un futuro lleno de posibilidades: en breve iniciará su vida universitaria lejos de su familia y se trasladará a Madrid a vivir con Melanie, su mejor amiga. Sin embargo, parece que todo se tuerce. Su madre acaba de abandonar la casa familiar para irse a vivir con su nuevo novio, y ahora Vale debe lograr que su padre y su hermano aprendan a cuidarse por sí mismos antes de que ella se marche. Solo le consuela desayunar en su lugar favorito, que atiende el barista más guapo y sensual que ha visto nunca, Jon. Valentina necesita sentirse una adulta independiente y cumplir todos los planes que lleva años imaginando, pero Madrid le reserva una sorpresa: cierto día mientras pasea por la calle entra en una especie de pizzería do it yourself cuyo encargado, casualmente, es Jon, el barista guapo de Altea. Así comienzan una relación en la que compartirán su amor por la cocina y el sueño de dedicarse profesionalmente a ello.
Para lograrlo, se verá envuelta sin quererlo en un revuelto de ingredientes variados: nuevas amistades, reapariciones inesperadas y una sensación de descontrol al tomar decisiones pensando que improvisar una receta siempre sale bien.
Caramelos de Café es la primera novela de la actriz y cantante Paula Dalli, que nos presenta a Valentina, una joven de dieciocho años que llega a Madrid con la ilusión de comenzar su vida universitaria junto a su mejor amiga, Melanie. Allí, contra todo pronóstico, se encuentra con Jon, que trabajaba como barista en un local de Altea, el pueblo natal de Valentina, con el que comparte algunas de sus aficiones, y el cual captará su atención desde el primer instante. En esta aventura por la capital nuestra protagonista se descubrirá a si misma, y quizás se dé cuenta de que la Edificación no es su verdadera pasión.
Caramelos de Café es una historia que me ha dejado un sabor agridulce, pues combina elementos que me han gustado mucho con otros que, de haberla escrito yo, ni me habría planteado en introducir. Por eso me da pena, ya que tenía todos los ingredientes para que fuera un romance juvenil de los que a mí me gusta leer, y podría haberla disfrutado mucho más de lo que en realidad he hecho.
El amor por la cocina, y por la comida, de Valentina que la autora tan bien plasma en la novela consigue hacer especial, en cierto sentido, el libro. La pasión con la que habla de todos los platos y de todos los postres que hornea, el cariño con el que ella cocina o enseña a otros a cocinar o la variedad de comidas que hay a lo largo de las páginas. Quizás pueda parecer una tontería, pero Paula Dalli ha escrito una historia llena de sabores, texturas y olores totalmente diferentes entre sí.
Otra de las cosas que más me han gustado de la novela ha sido el reflejo del comienzo de la etapa universitaria, que también estoy empezando yo en estos momentos. Me hacía ilusión leerla precisamente porque Paula Dalli contaba en un vídeo de su canal de YouTube que Valentina vivía en esta historia la experiencia de mudarse a una ciudad completamente nueva, de estudiar algo nuevo... en definitiva, de salir de su zona de cómfort. Todas las expectativas puestas en este momento hicieron que finalmente leyese el libro, en el que me he sentido fuertemente identificado con Valentina en este aspecto, por lo que creo que todo lo que uno puede sentir en su situación está bien plasmado.
Además, el libro se lee muy rápido, y es perfecto para desconectar entre exámenes, ya que es una lectura fácil, ágil y adictiva. Tengo que reconocer, en cuanto a esto último, que sí tenía interés saber qué sucedería a continuación, por lo que no tardé demasiado en terminarla. Esto compensó que, aunque quizás no me terminara de convencer, por lo menos, no me pareció en ningún momento aburrida.
Sin embargo, sigo sin comprender ciertos elementos de la trama. Al principio, y esto no es ningún spoiler porque se cuenta en el primer capítulo, Valentina dice que su padre engañó a su madre, y que esta, en vista de la situación, decidió pedirle el divorcio y marcharse de casa. Ante esto, Valentina pinta en todo momento a la madre de mala cuando realmente ella les preguntó a sus hijos si se querían marchar con ella y tampoco fue ella quien le puso los cuernos a su marido. Por lo que esta situación me parece, entre otros, machista.
En cuanto al final, me ha parecido rápido, confuso y repentino. Para mí, a Caramelos de Café le faltan unas cien páginas en las que desarrollar más algunas tramas y la mayoría de personajes, que son en gran parte planos. Una de las tramas que carece de una mayor elaboración es la amorosa, pues hasta el último tercio del libro no hay apenas rastro de la relación que finalmente se forma. Lo que decía sobre el desenlace se debe a un acontecimiento, derivado de una trama que sigue sin convencerme, que precipita todo cara a la conclusión de la historia, dejándome bastante frío.
En conclusión, una lectura rápida que refleja la ilusión por el comienzo de la etapa universitaria y la pasión por la cocina de la protagonista, pero que no compensan ciertos elementos machistas y una falta de desarrollo de trama y personajes que, con trabajo, estoy seguro que la autora mejorará.
PUNTUACIÓN: ★★✩✩✩ - 2.5
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